El estado de abandono que evidencian algunas escuelas de Tucumán, según se pudo observar en fotografías que circularon en los últimos días, suma todavía más elementos al debate sobre si estarán dadas las condiciones para que la comunidad educativa de la provincia retorne a las clases presenciales en el período lectivo 2021.
Cuestiones de –a priori- sencillo abordaje, como el mantenimiento edilicio y la poda del césped, y otros aspectos más complejos, como las carencias de infraestructura, fueron objeto de polémica en las redes sociales, donde el retorno a las aulas es un recurrente asunto de debate.
Alumnos, padres y docentes atravesaron el cursado 2020 bajo las condiciones que permitió la pandemia de coronavirus: a la distancia, a través de la modalidad “virtual” y con las escuelas a puertas cerradas. Con el descenso relativo de contagios a nivel local, los estudiantes de último año pudieron finalizar el ciclo con un acto presencial. La tarea demandó un importante esfuerzo operativo y presupuestario al Ministerio de Educación de la Provincia. A pesar de la covid-19, chicos y chicas pudieron dar el paso a la siguiente etapa al lado de sus compañeros.
A nivel nacional, la intención de quienes conducen la cartera educativa es que se respete el calendario lectivo 2021. Y que el inicio encuentre en las aulas a alumnos, docentes y directivos. En Tucumán, la fecha prevista es el 1 de marzo. Por supuesto, todo está sujeto a las condiciones epidemiológicas que se observen en ese momento.
Por lo pronto, las vacaciones de verano no parecen significar un descanso para las autoridades locales con competencia en el tema. En una entrevista con LA GACETA, el titular del Ministerio de Educación recordó que se prevén inversiones de origen nacional por unos $ 2.500 millones para obras de mejoras, refacciones y acondicionamiento de infraestructura escolar en Tucumán. También que se está pensando en un modelo dual, con el dictado de clases en los formatos presencial y virtual, para lo cual también se contemplan mejoras en conectividad.
Al margen de los proyectos oficiales, el ámbito educativo no parece estar afrontando un escenario sencillo. En parte, por el reclamo de los gremios docentes por una recomposición salarial acorde a la inflación registrada durante el año de pandemia, y que a la vez permita a los educadores contar con los recursos tecnológicos necesarios en el ámbito doméstico para poder trabajar sin inconvenientes de manera remota. También preocupa a los sindicatos la crisis sanitaria por la pandemia, dado que entre sus afiliados también cuentan con personas de riesgo y todavía no han recibido las vacunas contra el coronavirus. Y aunque los educadores sean inoculados, sus representantes advierten además que cada establecimiento deberá contar con las medidas sanitarias necesarias para evitar posibles casos de covid-19.
Las autoridades provinciales y de algunos municipios, como Yerba Buena, tienen confianza en que todos los obstáculos serán sorteados a tiempo, lo que permitirá que el ciclo lectivo 2021 tenga a los chicos tanto al frente de las pantallas como de los pizarrones. Pero el tiempo pasa rápido, y mientras los padres ya están buscando precios en la canasta escolar para armar las mochilas, hay escuelas que presentan un estado de deterioro que preocupa. Será todo un desafío y, a la vez, toda una oportunidad para una provincia que –según un informe- invierte mucho en educación, pero obtiene bajos resultados desde lo académico.